Monumento a la Primer Huelga en Latinoamerica

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Monumento a la Primer Huelga en Latinoamerica

La Primer Huelga en Latinoamerica comienza en la historia a partir del 28 de julio de 1766 un grupo de trabajadores de la veta Vizcaína se dirije a la Real Caja de Pachuca con una petición firmada por 70 trabajadores. En ésta se lee: “todo es aprovecharse el amo y perecer los operarios”. la demanda principal era restablecer el derecho al “partido”, arman lo que ahora llamaríamos “comisión negociadora” con seis representantes: los hermanos José y Vicente Oviedo, Juan González, Juan Barrón , Antonio Alfaro y Juan Bacuaro; pero los burócratas reales -en realidad empleados de uno de los hombres más ricos del mundo- no resuelven nada y mandan una carta de Romero de Terreros quien se encuentran en la capital, los trabajadores se niegan a trabajar, en los hechos la huelga ha comenzado; entre tanto, el administrador de la mina, un tal Marcelo González, manda secuestrar como represalia a los dirigentes y los abliga a trabajar toda la noche en la mina.

Los trabajadores responden a la represión masivamente y unos 300 se dirijen a Pachuca y realizan un plantón para exigir que autoridades de más alto rango resuelvan sus demandas. Unos 1,200 trabajadores de Real del Monte firman, el primero de agosto, un nuevo pliego -incluso contratan los servicios de un abogado-. En esta nueva “queja” se amplían las demandas, se pide aumento del jornal, se denuncia la violencia y el uso de esquiroles para romper la huelga. El Virrey se compromete a resolver el pliego a condición de que los trabajadores regresen a las minas, pero una vez que éstos acceden no se cumplen las demandas -a excepción del pago del “partido- y se encarcelan algunos dirigentes.

El 15 de agosto de 1766 un rayador -es decir un empleado que rayaba los nombres de los trabajadores a los que se les pagaba el jornal (de ahí el término “tiendas de raya”)- da como “partido” el metal de peor calidad, las tensiones eran tales que al grito de “revoltura” [revuelta] los trabajadores dejan de trabajar y en “bola” se dirijen a la mina La Palma donde se encontraba Romero de Terreros, cuando éste se niega a escucharlos, la “bola” se mueve a la parroquia de la Asunción y practicamente en el atrio agarran al cura José Rodriguez Díaz y bajo la amenaza de “O compone esto o a sangre y fuego se ha de acabar hoy el Real, ¡use los sacramentos que el Real hoy se destruirá!”, el infortunado cura se ofrece como mediador en el conflicto. En los hechos el cura fue el vocero involuntario del movimiento.

Romero de Terreros se compromete a cumplir el pliego de peticiones si los mineros regresan al trabajo pero de nuevo incumple su palabra y sus lacayos secuestran, otra vez, a trabajadores y los obligan a trabajar en la veta. En esta ocasión la represión provoca un motín y la muchedumbre enardecida libera a los presos en Pachuca y el paro se extiende de la Viscaína a las minas San Cayetano y La Joya. Romero de Terreros logra escapar de un seguro linchamiento y se exilia a su hacienda de San Miguel Regla pero el Alcalde Mayor, José Ramón Coca, no corre con tanta suerte; después de golpear a un minero, muere linchado por la multitud amotinada, el mismo destino sufre el capataz Manuel Barbosa. Decenios de furia contenida larvada por la explotación más terrible son liberados de golpe, la consigna del motín es muy significativa: ¡No hay justicia ni la queremos! ¡La guerra no terminará! ¡Viva el Rey, muera el mal gobierno! Consignas que claramente adelantan las del cura Hidalgo. No cabe duda que esta histórica huelga es uno de los antecedentes inmediatos más importantes de la Revolución de Independencia, de la figura misma de El Pípila, un antecedente que no es reconocido como se debería.

Fuente: La huelga de Real del Monte, la primera huelga de América │ https://old.laizquierdasocialista.org/node/3958

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